¿Eres consciente de las palabras que usas?
Lo que somos es el resultado de lo que un día pensamos y lo que decimos es lo que pensamos, por eso es muy importante poner atención a lo que decimos. Debemos tener mucho cuidado con las palabras.
La profecía cumplida
¿Puedes recordar algo que te decía tu madre en tu infancia? ¿se cumplió la profecía?
Mi madre, cuando hablaba de mí, solía decir: «no es inteligente pero es muy constante«. Y de hecho la perseverancia es una de mis virtudes y me costó muchos años y otros reconocimientos convencerme de que sí era inteligente.
Cuidado con lo que decimos, con la queja, siempre me equivoco, me sale todo mal, qué mal está todo…
- ¿siempre, siempre te equivocas?
- ¿todo, todo te sale mal?
- ¿Todo está mal? ¿Qué está mal?
- ¿Has visto lo que pasa en algunos lugares de África o América?, ¿lo que pasaba en España en la postguerra?
En algunos lugares no tienen agua, la gente pasa hambre, ¡y nosotros decimos que todo está mal!. Si queremos decir que algo está mal, concretemos, ¿todo, todo está mal? En medio de esta crisis hay empresas que ganan mucho dinero, empresas que crecen, hay personas que encuentran trabajos interesantes
Eres el resultado de tus pensamientos
Recordemos que somos el resultado de lo que un día pensamos, dijimos, si nos quejamos de algo eso es lo que conseguimos.
Hay frases lapidarias que nos acompañan en la vida y no nos ayudan a mejorar, frases como: no puedo evitarlo, no tengo tiempo.
Sí puedes evitarlo, tienes que trabajar en ello y sí tienes tiempo, la vida nos regala a todos 24 horas cada día, sólo es cuestión de priorizar lo que realmente quieres hacer.
El NO, no se escucha
Debemos tener mucho cuidado con el NO, no se escucha. Si yo te digo que pienses en un coche rojo la mayoría piensa en un coche rojo, los más rebeldes piensan en uno azul o de otro color, pero siempre piensas en un coche, ¿por qué si te he dicho que no pienses en ello? Porque tu mente no escucha el no.
Esto es muy significativo con los niños, no toques el enchufe y el niño es justo lo que hace, igual a él ni se le había ocurrido tocarlo.
Yo he oído a muchos padres decir sobre sus hijos, «voy a decirle que no coma, todo lo que le digo que no haga es lo que hace«, ¿aún no te has dado cuenta? ¡es que no escucha el NO!.
Es preferible distraer su atención con otra cosa, en lugar de decirle que no toque el enchufe, es mejor decirle que mire un peluche.
Lo mismo nos sucede a los mayores, ¡cuidado con dónde ponemos el no! No quiero estar estresado, no quiero llegar tarde, no quiero perder, ¿te das cuenta que de este modo tu mente piensa en estrés, en llegar tarde, en perder? ¿No sería mejor decir, quiero sentir serenidad, llegar puntual, ganar o disfrutar? El significado es similar pero la fuerza en nuestra mente es mucho mayor.
Una frase que a mí siempre me descuadra es: “no te preocupes” cuando alguien me dice eso, uf, algo malo ha pasado.
Conclusión
Donde nos enfocamos es donde nos dirigimos, cuidado con lo que decimos sobre nosotros mismos, somos el resultado de lo que un día pensamos.
Enfoquémonos en algo positivo y hablemos de modo positivo.
Reformulemos nuestros deseos para que lo que pensemos y lo que digamos nos acerque a lo que queremos.
Hola Pilar. Por ahora mi post favorito.
Es algo que se cumple siempre. Antes de leer sobre el tema y algo sobre psicología, es algo de lo que me dí cuenta a lo largo de la vida y, no siempre, porque a veces no se puede y alguna otra no quiero, pero muchas otras en mi vida personal y profesional, elmino el NO de mis conversaciones y lo sustituyo por algo más agradable al oido y más efectivo, funciona.