¿Cómo hago para que mi hijo tenga una autoestima alta? Según una investigación realizada por una universidad de USA sobre 175.000 personas, sólo el 18,5% de las personas están exentas de síntomas de enfermedad mental . Nadie nos enseña a ser padres. En la mayoría de los casos aplicamos lo que nos han enseñado nuestros padres, lo hacemos parecido a ellos si creemos que lo hicieron bien o justo lo contrario si creemos que lo hicieron “mal”.
Pero, tranquilos, si seguís leyendo, significa que sois conscientes que podemos mejorar como padres y subir el porcentaje de sanos.
Nosotros somos los espejos de nuestros hijos, somos el ejemplo a seguir y su mayor referente. Por eso es muy importante que prestemos atención a lo que hacemos y decimos delante de ellos. ¿Cómo cruzamos el semáforo? ¿Cómo hablamos? ¿Cómo expresamos opiniones? ¿Cómo de sinceros somos?
Profecías cumplidas
¿Qué mensajes negativos damos a nuestros hijos cada día? ¿Qué decimos de ellos cuándo hablamos con los demás? ¿Cuándo hablamos con ellos? ¿En qué momento de su vida o de la nuestra hemos decidido que él o ella son así?
Es torpe / es vago, ¿en todas las facetas de su vida? ¿es vago para estudiar, para correr, para jugar? ¿es torpe para subir a los árboles, para escribir, para pintar?
¿Qué coletilla hemos colocado a nuestro hijo? ¿en qué momento de su vida decidimos que era así? ¿Cuándo nació? ¿la primera vez que le sucedió algo? A menudo me encuentro gente que me dice, yo es que soy así, ¡¡ah!! ¿y cuándo lo decidiste?
¿Te acuerdas de lo que decía de ti tu madre o tu padre?. Yo recuerdo que me decía que tenía manos de cazo y aunque en general me considero físicamente bastante hábil, siempre me ha costado obtener buenos resultados con los trabajos manuales y con la cocina.
¿Cómo podemos hacerlo mejor? Cuando a veces se lo hago ver a las madres, no digas eso de tu hijo, me dicen, «pero si es verdad, si es un torpe«; ¿seguro?. No sería mejor decir que a veces le cuesta eso. Vamos a reformular las frases:
- Mi hijo es torpe – A veces tropieza
- Mi hijo es vago – a veces prefiere otras actividades sedentarias
- Mi hijo es tímido – parece que ahora no le apetece hablar.
Cuando mi hijo pasó a primaria la maestra me dijo es que es muy tímido, yo pensé, no está hablando de mi hijo. Ella le había puesto una etiqueta que para mí no tenía, él se comportaba tímidamente con ella, pero no con otros niños.
- ¡Es que eres tonto! – ¿por qué te comportas así?
- Es nervioso – a veces se pone nervioso.
- No para quieto …
- Duerme mal, come mal…
Las personas no somos ni tan buenas, ni tan malas, a veces nos comportamos de un modo u otro. Nosotros somos el referente de nuestros hijos, si decimos que son tímidos, ellos lo serán porque nosotros lo decimos, porque no quieren decepcionarnos. Olvidémonos del verbo SER y de poner etiquetas a nuestros hijos, a veces se comportan tímidamente y otras abiertamente.
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Feliz semana.