Mi historia de querer controlarlo todo
Recuerdo cuando hace unos años un cliente mío vino y me dijo, Pilar necesito controlarlo todo, no tengo control. Después de varias sesiones juntos, consiguió saber qué quería tener bajo control y cómo hacerlo. Pero… controlarlo TODO, ¿Qué significa eso exactamente?.
En este artículo te daré algunas pinceladas para sentir más libertad, más ligereza y desconectar de esa necesidad de control.
Recuerdo esa sensación de marioneta, que va de una reunión a otra sin apenas tiempo entre ellas para asimilar lo comentado. Cuando lo único que conseguía hacer con mi agenda era evitar que las reuniones se solapasen. Y recuerdo ir de un lado a otro, con el portátil bajo el brazo, para tener toda la información disponible en la siguiente reunión, que por supuesto no había preparado.
Además a eso, sumaba que a mi jefe le encantaba también “controlarlo todo” y siempre me preguntaba por detalles mínimos que yo desconocía.
Esa sensación de marioneta, de descontrol, me frustraba y me hacía sentir pequeña e incompetente. Esa sensación me acompañaba a casa y al resto de mi vida.
Acababa de acceder a ese puesto, con muchas personas a mi cargo y tenía miedo. El miedo a lo desconocido muchas veces se llena de actividad. Demandaba demasiados proyectos, demasiadas mediciones, demasiadas reuniones para cubrir lo que no sabía.
No puedes tener todo controlado, si quieres tener todo controlado, el que pierde el control y el rumbo eres tú.
¿Exiges más control para evitar lo desconocido?
Los dos pasos para salir del efecto «controlarlo todo»
Hace poco, en mitad de una sesión Miguel se dio cuenta que él era el cuello de botella en su organización, que no vendían más porque él tenía que estar detrás de todo.
Le hice este sencillo esquema y para él fue clarificador.
Te comparto los dos pasos que me parecen claves para dejar de controlarlo todo
1.- Decide qué quieres controlar
Primera clave, decide qué quieres tener bajo control, qué es fundamental para ti o para tu empresa que esté controlado. No pueden ser tantas cosas, el presupuesto, las ventas, el beneficio, la satisfacción del cliente, satisfacción de cliente interno, el nivel de calidad, el nivel de seguridad…, seguro que puedes unificar varios de estos; lo que suelen ser los indicadores clave del negocio, un puñado de números.
De estos indicadores, cuáles son los que tú necesitas controlar directamente y cuáles son los que controlará alguien de tu equipo.
Seguro que hay un montón más de cosas importantes que tienen que estar bajo control, pero para eso están los sistemas que has creado o que vas a crear, para conseguir que el sistema mismo se encargue de ello.
Lo mismo sucede con tu vida privada, ¿Qué necesitas controlar en tu vida? Quizá no necesites controlar nada, solo fluir con tu vida, ¿Cuántas cosas quieres controlar? Haz una lista de lo que quieres controlar, no pueden ser demasiadas cosas y fluye con el resto.
2.- Haz una estrategia para el resto de cosas
A Fernando, director de una planta de fabricación de unos 200 empleados, le encantaba solucionar problemas. Y hacer seguimiento de ellos, tenía la costumbre de convocar él mismo a los asistentes que tenían el problema, tomar notas de la reunión y hacer seguimiento posterior.
Ni siquiera se había planteado que podía intervenir en la solución sin tener que cargarse con todo el control extra. Era suficiente con pedir a uno de ellos que se encargara de todo y que además le invitase a las reuniones, para poder contribuir a la solución del problema. Dado que a él le encantaba la resolución de problemas y era muy bueno en ello.
Algo tan simple como esto, le permitió liberar su tiempo para hacer una tarea que de verdad amaba, que era observar su negocio.
La cuestión es que sí, en una empresa o departamento, incluso en una casa, hay muchas cosas que tienen que estar “controladas” o mucho mejor, “bajo control”, pero no tiene por qué ser el líder el que se encargue de controlarlo todo.
A mí me encantan los sistemas que se “autogestionan”. Es decir, si hay algo que es fundamental para la empresa, seguro que otra persona de la organización necesita el resultado de esa acción, la persona que lo necesita será la persona que “controle” o asegure que está hecho. Si nadie lo necesita ¿para qué lo hacemos?.
Por ejemplo, en automoción, hay muchísimos métodos de trabajo que deben seguirse al pie de la letra, si no se siguen, eso debería repercutir en alguno de los indicadores de un nivel superior, debería afectar al trabajo de otra persona, si no repercute en ninguno, ¿es realmente necesario hacer ese proceso como tal?
Qué hay detrás de la necesidad de controlarlo todo
En cualquier caso, la necesidad de controlarlo TODO es muy peligrosa y muy frustrante, si consigues desvincularte del control de algunas cosas seguro que descansarás mejor y vivirás mejor y al final todo estará realmente bajo control. Y seguro que eso te permite tener una vida más plena en todos los sentidos.
El tema es que muchas veces, esa necesidad de control está dirigida por el miedo, miedo a perder dinero, imagen, proyectos… Detectar ese miedo y trabajar para superarlo es el primer paso para soltar el control.
¿Y Tú? ¿Tienes tiempo de observar tu negocio?
Quizá quieres controlarlo todo y no ves lo que está pasando.
Espero que te haya sido útil este artículo, si es así, compártelo, dale un me gusta y cuéntame tu opinión . Y si quieres saber más del tema, contacta conmigo, estaré encantada de mostrarte algunas herramientas que te serán muy útiles.
Feliz semana.
Recientemente estoy en una situación nueva en la que controlo muy poco del proceso y en ocasiones es frustrante. Es difícil cambiar de sector y adaptarse a las nuevas reglas.
Es un placer leerte.
Alberto Mrteh (El zoco del escriba)