La semana pasada te contaba “tres maneras de delegar” para descubrir si querías realmente soltar el control y desarrollar a tu equipo, o si querías utilizar alguna otra versión menos eficaz (desde mi punto de vista). Si querías delegar soltando el control te daba también un “método infalible de delegar” y de este modo mantener la armonía y la tranquilidad en tu vida y en tu organización.
Pues bien, en ese método infalible para delegar faltaba algo fundamental y extraordinario: “que tú te involucres y que involucres a los que te rodean”.
Cuando no te involucras, te conviertes en alguien que tira balones fuera, “distribuidor de marrones” como a mí me gusta decir. Existe una delgada línea entre dirigir “como el gallo o como la gallina” y esa línea es el equilibrio que deberías buscar para ser un buen líder, empoderado, que saca el máximo rendimiento de su equipo.
Yo, en uno de mis trabajos, solía ser mamá gallina, siempre cuidaba mucho de mis “polluelos” siempre estaba a su disposición para echarles una mano, para tomar decisiones por ellos, vamos, sobreprotegiendo, te hablé de ello en mi último post Sobreproteger versus delegar. Cuando cambié de puesto y llegó mi sustituto, me di cuenta de mi error, hasta ese momento no había visto que me estaba comportando como mama gallina, sobreprotegiendo a mi equipo, perdiendo así parte de mi libertad y de la suya.
Al llegar mi sustituto, se comportaba como papá gallo, yo gestiono y organizo, pero no me involucro, siempre sobrevolando. Pidiendo al equipo que haga el trabajo y sin realmente acercarse para comprobar que el equipo hacía lo necesario.
Cada persona es única y necesita un estilo diferente de dirección y ahí está el buen líder, capaz de saber cómo dirigir a cada uno. Hay equipos más maduros que otros, a los equipos maduros puedes dirigirles como papá gallo, ellos saben gestionarse, a los inmaduros no. Especialmente si el líder anterior era mamá gallina. Al igual que a los hijos les acompañamos y damos la mano enseñándoles a crecer, lo mismo sucede con los equipos y si quieres que crezcan demasiado rápido, podrían perderse en el camino (como pasa a veces con los hijos de familias en que se les ha dado demasiada libertad desde muy niños). ¿Crees que es adecuado involucrarse en los procesos de tus subordinados? O al menos ¿es adecuado acercarse a ver cómo desarrollan su trabajo?
Una de las técnicas que a mí me encanta en mejora continua, uno de esos inventos de los super japoneses, es el “Go to Gemba” la Gemba es el lugar donde todo sucede. Si tú organizas en tu casa una comida para tus amigos y familia y contratas a un cocinero para hacerla, ¿te acercarás de vez en cuando a la cocina para saber que todo está bien y para asegurar que el cocinero tiene todo lo que necesita?
Yo me acercaría a la cocina seguro.
Una vez me pasó que al cocinero que le rompió una pata de la paellera, ¡¡se cayó toda la comida al suelo!! y tuvimos que poner en marcha el plan B, ¿te imaginas el desastre si no me llego a dar cuenta a tiempo?, eso es lo que llamamos Go to Gemba o acercarse al lugar donde todo sucede.
Si tienes un sistema que funciona, unos procesos definidos, unos subordinados maravillosos en los que delegas soltando el control, aun así, querrás ir a ver que todo está fluyendo en tu negocio ¿no? De eso se trata, de involucrarte en tu negocio y ver lo que está sucediendo en la cocina.
No sea que se caiga la paella y tú ni te enteres hasta que sea demasiado tarde.
De lo contrario podrías convertirte en uno de esos jefes que dirige todo desde su despacho utilizando informes y números y ¿qué pasa con las personas? ¿gestionas a tus hijos con hojas Excel? Conozco organizaciones con líderes ocultos y procesos ocultos que no salen a la luz hasta que es demasiado tarde, ¿cómo es tu equipo?
Tomar perspectiva y ver a tu equipo desde arriba, es fundamental para planear el futuro (como hace el gallo) y además es básico acercarse para ver qué ocurre en la cercanía para estar seguro del presente (como la gallina).
Si quieres ver como prospera tu negocio, si quieres saber lo que se cuece en la cocina, ponte un objetivo, da una vuelta por el lugar donde todo sucede a ver cómo te sientes y luego me lo cuentas. Me encantará recibir un correo tuyo con esta información mariapilar@meapasionanloslunes.es.
Si te ha gustado este artículo comparte, dale a me gusta y dime ¿hasta dónde te involucras tú en tu organización?
Muchas gracias y feliz semana.
P.D: La semana próxima en mi blog hablaré sobre como involucrar a los demás y como eso influye en su motivación. Si quieres estar segur@ de no perdértelo, suscríbete a mi blog y recibirás todas las actualizaciones, o escríbeme a mariapilar@meapasionanloslunes.es y me encargaré personalmente de enviarte la información.
Me ha parecido muy esclarecedor la comparación del gallo y la gallina y me ha encantado que la propuesta sea compaginar ambas formas de comportarse.
Es un placer leerte.
Alberto Mrteh (El zoco del escriba)
Muchísimas gracias Alberto, como ves, estoy copiando el recurso literario de la metáfora. Me alegro que te guste. Un abrazo