La semana pasada te di algunas claves para solucionar el individualismo en equipo y te prometí contarte hoy la historia de Ana y Laura.
Las causas del individualismo
En la entrada, Como solucionar el individualismo en equipo 1, te contaba que las principales razones por las que las personas no trabajan en equipo y son individualistas son:
- Tienen miedo y compiten
- No tienen un objetivo común
- No creen en el equipo
Además te conté que en uno de los equipos que dirigí, había una persona que siempre parecía estar poniendo la zancadilla a otra. El caso es que la chica, Ana, era muy buena trabajadora y cuando por alguna razón Laura no iba al trabajo, Ana era muy sociable y hacía su trabajo con alegría.
Sin embargo, cuando Laura estaba cerca, se trasformaba en otra persona, Ana se convertía en su peor versión, era protestona, se aferraba a las viejas reglas y funciones, no aceptaba ningún cambio ni propuesta de mejora.
Me costó bastante tiempo darme cuenta de eso, a toro pasado todo parece mucho más sencillo.
La verdad es que al principio simplemente pensé que Ana había cambiado su carácter por algunos problemas personales que yo sabía que tenía, y por eso me costó tanto darme cuenta de que tenía relación directa con la presencia de Laura en la zona.
Cómo solucionar el problema de la competitividad y el miedo
Cuando miré más de cerca, pude ver que era MIEDO. Ana, tenía miedo de perder su puesto, su categoría, sus funciones o no sé muy bien qué. El caso es que se sentía amenazada y por eso tenía ese comportamiento extraño.
Después de esto, muchos clientes han llegado a mí quejándose de subordinados que no querían enseñar a otros, o que continuamente se quejaban de otros o les ponían trabas.
El caso es que la falta de valoración propia es muy peligrosa, hay personas que cuando se sienten «atacadas» o no se valoran lo suficiente, atacan y crean un ambiente muy tóxico.
Si has detectado alguien así en tu equipo, no creas que la persona se ha vuelto loca, es que el miedo es muy mal compañero.
Lo que te propongo es que valores lo que hace, que reconozcas todo lo que hace bien, que tengas una conversación privada con él o ella para decirle exactamente lo que aprecias de su persona.
Si consigues reforzar sus puntos fuertes, si consigues que se vea valorada, seguro que cambia su actitud.
Y por supuesto, recuerda también reforzar a Laura, Ella también lo está pasando mal, Laura necesita también sentirse fuerte para no dejarse caer con las zancadillas de Ana.
Conclusión. Cómo solucionar el problema del individualismo en equipo
Dedica tiempo a cada uno de los miembros del equipo, escúchales. Sobre todo a los más individualistas, escucha sus argumentos y si detectas el miedo, refuerza mucho lo que hacen bien.
Procura anotar en un papel todas las cosas que ves que hacen bien para que tengas preparada la reunión con ellos, así será más fácil encontrar los puntos a reforzar.
Esto me recuerda:
Siempre, siempre, siempre, prepara por escrito las reuniones o los encuentros. Tienes que tener bien claro lo que quieres decir en cada ocasión.
Pregunta y escucha, escucha y escucha.
Hace poco un cliente me contaba que uno de sus empleados le reconocía que no quería enseñar a otros. Es otra conducta de miedo, yo le propuse que le pregunte a la persona qué necesita para enseñar a los demás.
No siempre podemos tener la varita mágica, pero con mucha observación y escucha podremos hacer magia sin varita.
Espero que te haya gustado el artículo y si es así, por favor, comparte con alguien que pueda necesitarlo, seguro que te lo agradece.
¿Qué habrías hecho tú en mi caso para solucionar el conflicto entre Ana y Laura? ¿Que le recomendarías al cliente que tiene problemas para que algunos miembros del equipo enseñen a otros?
Personalmente creo que me habría costado mucho darme cuenta de cuál es el problema entre Ana y Laura. Pero voy a intentar estar más atento en mi entorno para entender por qué la gente hace lo que hace.
Es un placer leerte y quedarme reflexionando sobre los temas que propones.
Alberto Mrteh (El zoco del escriba)
Alberto, estoy segura de que te habrías dado cuenta. Como dices hay que estar muy atentos.
Un abrazo