¿Te pasa a veces que tienes una idea o pensamiento en la cabeza que no puedes sacar y que no te deja descansar? ¿Tienes pensamientos recurrentes negativos? ¿Te llevas a casa ese «fracaso» del trabajo y no puedes dejar de darle vueltas?
Este sábado estuve en un funeral, al final de la ceremonia un familiar del difunto dijo unas palabras muy emotivas. El discurso trataba dos temas, primero hablaba de lo que quería al difunto y … el segundo decía que nunca se perdonaría a sí mismo por la manera en que habían sucedido las cosas.
Desde mi punto de vista, que seas capaz de perdonar a los demás y sobre todo a ti mismo es una de las claves más importantes para disfrutar del trabajo y de la vida. Y la falta de perdón es una de las causas más comunes de los pensamientos recurrentes negativos.
La culpabilidad
La culpabilidad es un veneno que nos carcome y que no para de venir una y otra vez en forma de pensamientos recurrentes.
Estos pensamientos negativos utilizan buena parte de nuestra «Memoria interna» e impiden que otros pensamientos creativos surjan en ella. Coartando así nuestra creatividad.
Además esa culpabilidad nos lleva a un autocastigo inconsciente, consecuencia de nuestro aprendizaje infantil de que hay que castigar a los culpables.
Hace poco Andrés, me decía, «Pilar, el resultado de la operación que pusimos en marcha en la empresa hace dos meses es negativo y me siento culpable».
Seguro que si Andrés analizase hoy de nuevo la operación, tendría en cuenta nuevos factores que en el primer momento no tuvo.
¿También a ti te pasa algo así?
Tranquilo, eso es una estrategia de tu mente para mantenerte liado en torno a esa idea. No te boicotees, entonces no tenías la información que hoy tienes.
Andrés y yo trabajamos el perdón y otras técnicas para liberarse de pensamientos recurrentes negativos y la semana pasada me envió un whatsapp:
«Llega julio y los problemas con las vacaciones. Fallan estrepitosamente las entregas, se nos quedan máquinas paradas y me descompenso…. he estado a punto de usar el comodín de tu llamada pero ya estoy dándole la vuelta con tus enseñanzas.«
Cuando después de unas horas le pregunté cómo estaba me dijo, «estoy muy bien, gracias«.
Líbrate de los pensamientos recurrentes negativos
Como te decía al principio, para mí el perdón a los demás y sobre todo a uno mismo, es la clave para librarte de los pensamientos recurrentes negativos.
- Primero has de darte cuenta que eso está sucediendo, que te estás echando la culpa de algo que ha sucedido fuera.
Tienes que ser consciente que tienes ese pensamiento recurrente en tu cabeza. Para eso, a mí me ayuda ponerme alarmas, parar, y así darme cuenta en qué estoy pensando.
Si estás leyendo esto, casi seguro que ya te has dado cuenta. - Asumir la responsabilidad de lo que te pasa es fundamental, sin embargo de ahí a culparse hay un trecho.
Yo asumo la responsabilidad de haber tomado la decisión de aceptar un trabajo en una empresa que no tiene mis valores. Pero no soy culpable de nada, tomé esa decisión, lo asumo, me perdono y analizo el aprendizaje. - Agradecer el aprendizaje. Si hay algo que no ha salido como te gustaría, necesitas revisar qué has aprendido, quizá quieras hacer algo diferente la próxima vez, o quizá quieras desapegarte del resultado y agradecer este resultado diferente que te trae situaciones nuevas y desconocidas.
- Perdónarte es la clave para salir de esa culpabilidad. Puedes desidentificarte de ti mismo, visualizar que estás fuera de ti y hablar contigo mismo diciendo, te perdono. Date cuenta que tú lo hiciste con tu mejor intención, eres como ese niño que suspendió el examen aunque había estudiado mucho.
- Reconocer tus éxitos, todo lo que has hecho y haces bien en este entorno o en cualquier otro te ayudará a cambiar la tendencia de tus pensamientos.
Cuando Andrés me habló sobre la culpabilidad por haber tomado esa decisión, le pregunté: «¿qué le habrías dicho a tu hijo si fuese él quien tomase una decisión así?«
Si tu hijo toma una decisión y se equivoca, ¿vas a reprocharle tanto como te reprochas a ti?
¿Y si la culpa la tiene otro?
Cuando los pensamientos recurrentes negativos vienen provocados por lo que otra persona hizo, dale una vuelta, quizá también sea un niño que suspendió el exámen aunque había estudiado.
Las personas actuamos huyendo del dolor o buscando el placer, seguro que la otra persona actuó así, ¿de qué te sirve a ti continuar culpándole? y sobre todo ¿de qué te sirve seguir dándole vueltas? En estos casos, a mí me va muy bien la compasión, sentir compasión por alguien a quién tú culpas, te ayuda a cambiar ese sentimiento.
Comprender que cada persona tiene su mapa, que ha necesitado aprender un cierto comportamiento para sobrevivir en su infancia. Que ahora no conoce otra manera de actuar y que además, está pagando un precio muy alto por ello en su vida actual. Me ayuda mucho a conectar con la compasión y liberarme del enfado con ella.
Lo que tengo muy claro, es que si culpas a otro de lo que te pasa, te pones en posición de víctima y desde ahí no hay nada que puedas hacer. Así que tú decides. ¿Quieres tomar las riendas de tu vida o quieres seguir dejando que decidan otros?
Resumen
La culpabilidad puede hacerte mucho daño emocional y físicamente, ¿para qué quieres seguir sintiéndote culpable?
Si has probado los 5 pasos y aún así no consigues liberarte de los pensamientos recurrentes, también puedes leer «5 técnicas para mantener la calma en momentos difíciles» y si esto tampoco te funciona reserva 30 minutos conmigo y vemos tu historia, puedo ayudarte.
Un abrazo y hasta pronto.
Estupendo artículo. Y aunque pensemos que la teoría ya nos la sabemos…. ahora hay que ponerlo en práctica. Yo creo que ahí es donde fallamos a veces… hay que pasar a la acción.
Gracias por recordármelo !!!
Un abrazo
Gracias por el comentario Encarna.
Llevas razón, muchas veces tenemos la teoría en la cabeza y necesitamos integrarla, gracias por ayudarme especialmente en este caso.
A mí me resulta difícil distinguir entre la responsabilidad y la culpabilidad.
Muchas gracias por el artículo.
Alberto Mrteh (El zoco del escriba)
No siempre es sencillo, Alberto.
La cuestión es, me siento bien, no necesito fustigarme diciendo que soy tonto, loco o lo que sea (eso sería culparse a uno mismo) y tampoco culpo a otro diciendo es tu culpa, es porque tú viniste tarde que yo no llegué a tiempo.
Simplemente date cuenta que estás donde estás porque un día tomaste una decisión que te llevó ahí, no eres culpable, no te fustigues.
Solo date cuenta que lo que hiciste te llevó allí, para ver qué quieres hacer ahora distinto si quieres ir a otro «lugar».
¿Se entiende mejor ahora?
Gracias por comentar y un abrazo