En una ocasión alguien me dijo «yo creo que las personas deberían venir motivadas de casa». ¿Tú crees que es posible la motivación laboral intrínseca?
Yo sí creo que es posible, y además si la incentivas involucrando a las personas en el proyecto, dejándolas crecer y haciéndolas partícipes del propósito de la empresa, esa motivación laboral intrínseca, permanecerá en el tiempo.
En la red puedes encontrar información y documentación sobre la motivación, hoy he decidido hablarte sobre dos casos reales.
M. Limpia la planta 4 del hospital de Burgos
Quiero compartir contigo esta historia que Antonio Iñigo Romera escribió por el mes de enero:
Durante el fin de semana estuve con un familiar en un hospital de Burgos.
La mejor anécdota que me sucedió es encontrarme a M, una auxiliar que era todo simpatía e irradiaba tranquilidad y felicidad con lo que hacía.
Lo mas reseñable de todo, es que ella se dedicaba a la limpieza, hacer camas, recoger, barrer, fregar las habitaciones y otras tareas no muy agradables (para mí). Ella solita y además con 64 años.
La realidad es que yo, le pregunté qué edad tenía después de entablar conversación con ella, mientras hacía la cama de mi familiar y hacia sus demás funciones. Una conversación que duro unos diez minutos.
M me aseguró que le gustaba tratar con los pacientes, ponerse en su lugar (enseguida te das cuenta que hay gente que está nacida para empatizar como M). Que estaba contenta y feliz con su trabajo y que no le importaba jubilarse más tarde.
Su cara, la verdad, que siendo el espejo del alma, irradiaba felicidad, templanza y tranquilidad, haciendo su trabajo. Nada fácil para mucha gente. Además me enteré y pude observar, que ella era la única que estaba en toda la planta 4 del hospital Universitario de Burgos, un sábado y un domingo.
En mi conversación con ella me di cuenta de que hay personas que son felices y disfrutan con lo que hacen, personas dignas de admirar. Que en solo diez minutos hablando con ella y mirando a través de sus ojos “ver” que podríamos aprender mucho de ellas.
Desde aquí quería rendir homenaje con estas frases a M.
“Me he quedado con tu cara para aprender de ti M».
Antonio Jesús Íñigo
¿Crees que M tiene motivación laboral intrínseca?
A mí me parece que sí, solo escuchando la historia. ¿Qué crees que le generará esa motivación?
¿Estará la secretaria S tan motivada como M?
Hace unos días tuve que hacer unas gestiones en el ayuntamiento de un pequeño pueblo. Hablé con la alcaldesa, una chica muy amable y animada que me dijo que preguntase a la secretaria S y me abrió la puerta de fuera del ayuntamiento que estaba cerrada con llave.
Cuando llegué a la puerta de entrada de su despacho, sin atravesar el dintel, nada más verme, la secretaria preguntó:
- » Quien te ha dejado pasar»
- «La alcaldesa»
- «No recibo a nadie sin cita previa…»
Al final le di pena y respondió a mi consulta, no le costó mucho trabajo, me dijo que esa cuestión no podía resolverse allí.
Al entrar en el ayuntamiento no vi ningún cartel que pusiera que la secretaria solo recibía con cita previa, tampoco había absolutamente nadie esperando para entrar. Y ella solo va al pueblo un par de horas, un día a la semana.
Yo siempre digo a mis clientes que tienen que gestionar las interrupciones y educar a sus clientes, para que aprovechen mejor su tiempo. Y espero que esa gestión se haga siempre desde el cariño y la educación.
Mi pregunta es ¿crees que la secretaria tiene motivación laboral intrínseca?
Quizá sí, quien soy yo para juzgar. De lo que estoy segura es de que yo me sentí mal con su respuesta.
3 pasos para conseguir Motivación laboral intrínseca
Por supuesto si los empleados vienen motivados de casa, como M, pues muchísimo mejor. Y si tú como jefe no haces nada, es posible que esa motivación intrínseca se diluya con los años.
Casi todos tenemos gran ilusión por nuestro nuevo proyecto cuando empezamos un trabajo, sin embargo con el tiempo, a veces lo vamos perdiendo.
- Porque nos frustramos por no conseguir lo que nos habíamos propuesto inicialmente.
- Porque el ambiente que nos rodea no es el que esperamos.
- Porque los que nos rodean no aprecian nuestro esfuerzo.
Si has perdido tu motivación intrínseca, es difícil que alguien de fuera venga a traertela, los de fuera pueden incentivar, motivarte es cosa tuya.
Por eso te comparto los tres pasos fundamentales para recuperarla (de los que ya te he hablado en otras entradas, si quieres saber más de ellos, pincha en los enlaces):
- Márcate un objetivo claro y concreto: Si no tienes una razón para ir a trabajar cada mañana ¿Cómo crees que podrás estar motivado/a?
- Asegúrate que ese objetivo que te marcas está ligado a tu para qué vital. Ese para qué de ir a trabajar, tiene que ser algo importante para ti. Si tu para que es comprar una casa más grande, es posible que te desmotives cuando seas capaz de comprarla y aún te sientas vacío/a.
- Disfruta del camino, sé consciente de que hay tareas que de verdad te divierten, pero que por tantas veces que las has hecho han perdido su incentivo. ¿Puedes hacerlas un poco diferente esta vez? ¿Puedes retarte a ti misma/o a hacerlas mejor?
Si eres jefe, asegúrate de que la gente que trabaja contigo mantiene su motivación involucrándoles en el propósito de tu departamento y de tu empresa. Crea ese propósito con ellos e intenta que se alinee con su para qué vital.
Conclusión
Casos como el de M y como el de S puedes encontrarlos cada día, y tú ¿Con quién te identificas?
Esta mañana he hablado con R, quería mejorar su productividad, su eficiencia y su motivación.
Es difícil mejorar la productividad y la eficiencia si no tienes una potente motivación.
Gracias por leerme otra semana, Gracias Antonio por prestarme tu historia.
Escríbeme en los comentarios ¿Qué es lo que a ti te motiva?
Gracias a ti por recordarme la historia de M.
Ha sido un placer volver a leerla, recordarla y compartirla.
Un abrazo
Muy interesante Pilar, raro es el día que no me encuentro con casos similares al de M o S o ambos.
Gracias por el comentario, es cierto.
Con esta entrada quiero mandar esperanza a todas las S, que sepan que se puede disfrutar del trabajo y que el punto número uno es proponerselo.
Un abrazo
Pilar,
la entrada de hoy me ha gustado mucho. Es muy fácil identificar a personas como M o como S.
Lo de recordar por qué quiero hacer una cosa es fundamental y tiende uno a olvidarlo.
Todo lo que hago está orientado hacia poder escribir (y publicar) historias sobre Marruecos. Eso es lo que me motiva.
Es un placer leerte.
Alberto Mrteh (El zoco del escriba)
Querido Alberto
me alegro mucho que tengas tan claro para qué haces las cosas, porque eso es tu gasolina diaria.
Un abrazo