Me gustaría desearte una especial, Especial Navidad. Doblemente especial pues para mí todo este 2020 ha sido realmente un año especial y la Navidad siempre lo es. Y por eso me gustaría decirte: «Vamos a Disfrutar en Navidad» y por supuesto, disfrutar todo el año.
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Hoy no voy a hablarte de trabajo, ni de problemas laborales. Lo que me gustaría es hacerte una propuesta que te ayude, de verdad, a desconectar del trabajo, a separar esos problemas que te agobian y a vivir una Navidad un poco diferente, más cercana, más humana.
¿Te apuntas?
La Navidad de mis Abuelos
No tuve la suerte de conocer a mis abuelos y nunca pasé la Navidad en su casa, solo conocí a mi abuela materna y era ella la que venía a mi casa por Navidad.
Y sí tuve la fortuna de nacer en una familia numerosa y recuerdo con mucho cariño las Navidades de mi infancia y de mi adolescencia y juventud en las que la abuela era mi madre.
Mi madre contaba que ella iba a casa de sus abuelas por Navidad, que allí contaban historias alrededor del fuego, hacían perolo (que es un vino cocido con frutas, canela y azucar) y lo bebían todos a sorbos, ¡directamente de la cazuela!. Medidas Covid total ?.
Después de la cena cantaban con la bandurria, las castañuelas, las panderetas o lo que hubiese: villancicos o cualquier otra canción popular.
La noche de Reyes, sus hermanas y ella se iban a la cama pronto y desde allí escuchaban a su madre batir huevos. Y a la mañana siguiente… los Reyes Magos les dejaban rosquillas (de huevo) en los únicos zapatos que tenían y que habían limpiado con esmero.
Mi madre adaptó estas costumbres en su casa, hacía «perolo» y siempre cantábamos alrededor de la mesa tras la cena y contábamos historias hasta tarde. No hacía rosquillas para Reyes, pero sí nos regalaba siempre guirlache.
Ella compraba almendrucos y los partía con un martillo junto al fuego y luego los comíamos entre todos…
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Recuerdo una Navidad que alguien compró un bigote de esos de disfraces y el bigote pasó por todos nosotros mientras nos reíamos y hacíamos bromas. Hasta que llegó a mi padre y se lo colocó en la calva…Las imágenes de aquella Navidad siguen en mi cabeza y a veces pienso que me gustaría revivirlas y quizá por eso escribo estas líneas…
La Navidad de ahora
No sé cómo es tu Navidad, por lo que se ve por la calle, parece que todos compramos regalos como locos, para niños que no los necesitan. Para adultos que tampoco los necesitan…
Compramos comida sin fin, dulces, salados, alcohool.
Parece que quisiéramos comprar la felicidad, que quisiéramos pagar por disfrutar en Navidad.
Quizá queramos pagar con regalos el tiempo que no tenemos todo el año de disfrutar de nuestras familias.
O quizá queremos llenar con comida el vacío que nos deja llevar una vida que no nos satisface.
El lujo y los regalos están muy bien y nos alegran, solo que me gustaría que te preguntes.
¿Qué quieres conseguir haciendo esos regalos?
¿Qué quieres conseguir con las comilonas?
¿Lo consigues? ¿Podrías conseguir eso de otro modo?
Disfrutar en Navidad
Pensando en mi madre y en las historias que me contaba sobre las Navidades de su infancia, se me ha ocurrido proponerte un reto.
- Si tus padres o abuelos aún viven habla con ellos, pregúntales qué hacían en Navidad, qué es lo que más les gustaba. Si no, echa mano de los recuerdos de tu infancia.
2. Haz una lista, con las cosas que te cuenten o con tus recuerdos
3. Junto con tu familia, elige una o dos de esas cosas que hacían y ponlas en práctica.
Te sorprenderá lo divertido que puede ser alejarse un poco de los excesos, de la tecnología y de la regalitis y acercarse al corazón de las personas.
Si lo haces, me encantará que me lo cuentes en comentarios y si te cuesta desconectar en Navidad habla conmigo, puedo ayudarte.
Disfruta mucho de estos días especiales, estés donde estés y recibe un fuerte abrazo de mi parte.