La semana pasada te contaba la historia de Jesús, incapaz de desconectar ni un solo día. Se siente responsable de todo lo que pasa en el trabajo, se siente responsable de solucionar todos los problemas y eso en sí mismo es un problema, porque nadie es imprescindible en el trabajo.
Es cierto que todos somos únicos y aportamos valores y talentos únicos, y por eso, no podemos pensar que en el trabajo nos necesitan para resolverlo todo, eso nos hace entrar en un círculo vicioso que no tiene fin.
Ya sé que tu caso es diferente, tú eres el dueño, gerente, director, claro, claro, ya sé que nadie hará las cosas tan bien como tú.
Quiero hacerte una pregunta: ¿Quieres dejar de ser imprescindible en el trabajo?
¿Quieres dejar de recibir llamadas, mensajes, correos a cualquier hora?
Hay gente a la que le encanta sentirse así de importante, en ese caso, tienes que estar dispuesto a pagar en precio.
¿Por qué nadie es imprescindible en el trabajo y tú sí?
Es una cuestión de confianza, en ti y en tu equipo, compañeros, clientes…
Es posible que la propia falta de confianza en ti mismo te haga desconfiar de los demás. Si no contesto a ese correo, mensaje, llamada, inmediatamente, perderé al cliente.
¿Cuánto confías en ti y en lo que haces?
¿Dejarías de comprar a alguien porque no te conteste inmediatamente?
Si no contesta nunca es posible que sí, pero si contesta, ¿¿aunque sea unas horas más tarde??
Si no confías en tu equipo o e tus compañeros, tienes un grave problema, tú tienes que resolverlo todo y por tanto sí eres imprescindible en el trabajo.
Si no confías en tus proveedores o en tus clientes, ¿Son ellos o eres tú?
Deja de ser imprescindible en el trabajo mediante la escucha activa
Esa falta de confianza que mencionaba antes, te está aislando, ¿estás escuchando a los que te rodean?
Nadie es imprescindible en el trabajo, y si tú lo eres es posible que no estés escuchando activamente.
Las 5 conversaciones que podrías estarte perdiendo
y te ayudarían a dejar de ser imprescindible en el trabajo
Quejas
Además de las constantes interrupciones en tu vida privada con llamadas más o menos insolentes, te es imposible avanzar porque estás todo el día oyendo quejas.
¿Te has parado a escuchar?
Hay gente que parece que hubiera nacido con la queja en la boca, que auque les estés regalando la vida se quejan.
Entiendo que no quieras escucharles, sin embargo, ¿Qué crees que pasaría si empezases a escuchar activamente las quejas?
Sin juicios, sin estar pensando en qué voy a responder ahora, solo escuchar.
No crees que podrías encontrar alguna lógica y quizá apoyo entre las personas que se quejan.
No tienes que estar siempre a punto con una respuesta, lo mejor es escuchar la queja, y preguntar, muy bien ¿Qué puedes hacer tú para solucionarlo?
Tampoco tienes que estar siempre disponible, volverías a la casilla de salida. Solo establecer momentos para ello.
Hay personas que se quejan y quejan, ignorarlas no es la mejor manera de solucionar el tostón, ¿por qué no empleas un tiempo en escuchar de verdad y pedir que ellos mismos busquen soluciones?
Silencio
Sí, sí, ¿te has parado a escuchar el silencio de los que te rodean? Casi siempre eso esconde algo que te puede ayudar a darte cuenta que nadie es imprescindible en el trabajo.
Es posible que tus compañeros, colaboradores, miembros de tu equipo callen, que nunca digan nada. Las personas más calladas normalmente guardan una gran sabiduría en su interior. Te prometo que lo he experimentado. Pero tienes que estar en disposición de escuchar.
A esas personas les cuesta hablar en público, les cuesta interrumpirte o llamarte, pero tienen algo que decirte.
De nuevo, ¿por qué no hacer un hueco en tu apretada agenda y concertar una reunión con ellas? Dales espacio, pide opinión. Y cuando hablen, escucha. No estés preparando tu respuesta, solo escucha.
Si cuando llega tu turno no sabes qué decir, pues di eso, no sé qué decir, deja que me lo piense y te respondo mañana.
Eso sí, mañana responde.
Te aseguro que esos silenciosos tienen una opinión de por qué nadie es imprescindible en el trabajo.
Propuestas
¿Qué haces cuándo alguien viene a hacerte una propuesta?
La colocas en el cajón, en el montón de cosas que tienes por hacer. Le dices lo miraré mientras distraidamente piensas en otra cosa.
Si estás escuchando activamente, solo escuchando, seguro que te llegan un montón de propuestas que te ayudarán a dejar de ser imprescindible (si tú quieres).
Conflictos
¿Eres la persona que más tarde se entera de los conflictos de tu empresa?
Un día Andrea me dijo, «es que los jefes no os enteráis de nada».
Seguro que tenía razón, y eso que trabajábamos en una empresa donde la escucha activa era muy importante. También es cierto que hay verdaderos expertos en el quedar bien.
Si no prestas mucha atención a lo que pasa en tu equipo, a lo que pasa a tu alrededor ¿Cómo vas a enterarte de nada?
De nuevo, la escucha activa y tener los ojos abiertos te ayudará a detectar conflictos y poner soluciones antes de que sea demasiado tarde.
Ideas brillantes
¿Cuántas ideas brillantes te estás perdiendo por creer que eres imprescindible en el trabajo?
Te aseguro que esos compañeros silenciosos, los quejicas, los ruidosos, los vagos, los trabajadores… Todos tienen ideas brillantes que han dejado guardadas en su cajón, porque sientes que tú eres imprescindible y ellos no son nadie.
Porque sienten que tú no tienes tiempo de escucharles, porque solo se hace lo que tú dices.
¿Quieres saber cuántas ideas brillantes te has perdido por ser imprescindible?
Sé que parece exagerado, que a ti no te pasa esto, sin embargo conozco gente a la que le pasa.
Resumen
Si te has identificado con alguno de los puntos anteriores, quizá estaría bien que empezases a practicar la escucha activa y la confianza.
Me encantará saber tu opinión sobre la cuestión ¿Crees que nadie es imprescindible en el trabajo?
Si me lo cuentas en comentarios te responderé con mi experiencia personal.