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¿El estrés en el trabajo está afectando a tu vida personal?
Si estás empezando a preocuparte por que sientes que el trabajo está ocupando demasiado de tu espacio y que los problemas laborales te están afectando demasiado, sigue leyendo porque en este artículo encontrarás las claves y los hábitos para que esto deje de suceder.
Eres tus hábitos
Un monje Zen observaba cómo caía la nieve en el patio del convento, mientras conversaba con un discípulo suyo. El monje preguntó:
- ¿Cuánto pesa un copo de nieve?
- Muy poco señor – contestó el discípulo-.
- ¿Podría un copo de nieve romper una rama? – volvió a preguntar el monje-
- No señor
- Mira, 87.595 copos, no rompieron la rama, sin embargo 87.596 sí lo hicieron.
Un cambio brutal en tu vida hará que cambies la dirección que llevas, pero nada será capaz de hacer un cambio tan duradero y efectivo como cambiar un hábito.
Qué te provoca el estrés en el trabajo
El estrés es un mecanismo que pone en marcha nuestro cuerpo para salvarnos de una amenaza. Es algo así como un miedo extremo y provoca en tu cuerpo las mismas reacciones, las que tu cuerpo necesita par huir de esa amenaza. Se acelera el corazón, la sangre va a las extremidades y se aleja del cerebro con lo que tu capacidad de análisis baja, aumenta la sudoración…
El miedo es una emoción que surge cuando sientes que te enfrentas a una amenaza más fuerte que tus recursos para defenderte.
En el caso del estrés en el trabajo, normalmente suele estar provocado por:
- Exceso de tareas, tienes demasiadas tareas y sientes que no eres capaz de hacerlas todas.
- Exceso de responsabilidad, sientes que eres responsable de todo lo que te rodea y te echas a la espalda cosas que no necesariamente tendrías por qué echarte.
- Sientes que las tareas que tienes que hacer son demasiado complejas, o demasiado grandes o demasiado duras para que tú puedas hacerlas
En cualquier caso, el estrés en el trabajo aparece por lo que tú sientes o percibes, no por lo que en realidad sucede. Son tus propias gafas las que te hacen verlo como una amenaza.
7 Hábitos para evitar el estrés en el trabajo
Alonso me comentaba al final de la segunda sesión, Pilar, soy un poco escéptico con esto, ¿van estas pequeñas acciones a conseguir que me libere del martillo pilón que tengo en la cabeza?
Días después me escribía que ya no daba tanta importancia a algunas cosas.
No se trata de hacer grandes cambios en tu vida (que también puedes hacerlos si quieres) se trata más bien de introducir hábitos que hagan que encuentres serenidad en tu vida.
1. Lleva una agenda
Estoy segura que tienes una agenda con las reuniones con tus clientes, con tus proveedores, con tus compañeros y ¿Contigo?
¿Las reuniones conmigo Pilar? – Sí –
¿Quién es el dueño de tu agenda? cualquiera puede venir y poner una reunión o incluso llamar por teléfono y dejas todo para atenderle. ¿Y tú? ¿Cuándo te priorizas?
Si tienes demasiadas tareas y no eres capaz de hacer todas y eso te crea estrés, necesitas priorizar, ¿Cómo vas a priorizar si dejas que los demás gestionen tu tiempo?
Priorizar significa que decidas qué tareas son las más importantes y que las añadas en tu agenda, del mismo modo que colocas las reuniones con los otros y que cuando alguien llame o intente poner una reunión te des cuenta si está «pisando» una de esas tareas prioritarias.
Y si sientes que las tareas son demasiado grandes, rómpelas en trocitos. ¿Cómo podrías comerte un elefante? – Por partes.
Tu cerebro no es capaz de soportar la idea de tener que hacer tareas titánicas, por eso tienes que decirle que esa tarea no es titánica y la única manera que existe es que te sientes, la analices y la desgloses en tareas minúsculas que tu cerebro entienda y quiera hacer.
Tu cerebro seguro que se siente angustiado ante la idea de hacer el informe de cierre del año, sin embargo, si le dices, enciende el ordenador, abre la carpeta de informes mensuales, abre el informe de enero, recopila los datos…
¿Crees que se sentirá más seguridad?
2. Escribe lo que te estresa
El papel y el boli son para mí las herramientas clave para encontar serenidad y huir del estrés en el trabajo.
Cuando algo atormenta tu cabeza, ponlo en el papel, eso te hará tomar distancia, verlo de otro modo y sentirte mejor.
Al tomar distancia te darás cuenta si eso que estás echando a tu espalda, realmente te corresponde, o si quizá deberías dejar que cada uno tome su parte, aunque tú estés ahí para echar una mano si hace falta.
3. Anota tus éxitos
Y si vas a escribir, ¿por qué no hacerlo cada día? lleva un pequeño diario, uno en el que anotes tus éxitos, eso que has logrado a lo largo del día.
¿Para qué sirve? para que te acuestes con la sensación de haber completado el día, de haber cerrado las cosas.
No hace falta que sean grandes éxitos. Claro, cada día no puede uno hacer una maratón. Un éxito es haber completado una tarea de tu agenda, haber sido capaz de ir andando en lugar de en coche a hacer un recado, haber comido algo sano, haber comido conscientemente en lugar de mirando el móvil. Cualquier pequeña cosa sirve, la cuestión es darte cuenta que has logrado algo, eso alimenta tu cerebro reptiliano y hace que conectes con la satisfacción.
4. Descansa conscientemente
Hubo una época de mi vida en que iba a la máquina de café, sacaba un café y me lo bebía antes de haberme dado cuenta de que lo tenía en la mano. Recuerdo que me daba envidia de las personas a las que les duraba mucho tiempo. Pero lo peor es que no lo disfrutaba.
¡Y aquella época en que me llevaba el café a la mesa y me lo bebía sin saber qué estaba haciendo! ¡Incluso comía entre el teclado del ordenador y la montaña de papeles!
He sido mi dura con mi cuerpo, lo reconozco. ¿Y eso me hacía más productiva?
Nooooo
Si sientes estrés, el café no es el mejor compañero, de echo te diría que lo sustituyas por alguna infusión sin teína u otra bebida sin azúcares.
Pero sea lo que sea lo que tomes, la clave es que de verdad sientas que estás descansando del trabajo. Que saborees esa bebida, que la huelas, que sientas como entra en tu cuerpo y sobre todo que te olvides de ese tema que estabas resolviendo.
No más conversaciones de trabajo a la hora del descanso.
Si tienes mucho trabajo, programa descansos y hazlos de verdad.
5. Haz deporte o mueve el esqueleto
Cualquier deporte vale, la cuestión es que hagas algo que suponga un esfuerzo para tu cuerpo, algo que te obligue a concentrarte en el cuerpo, si te hace sudar mejor.
Si estás en mitad del trabajo y sientes esa sensación de agobio, también puedes caminar hasta el baño o lo más lejos que te permita tu lugar de trabajo. Mover el cuerpo ayuda a sacar las cosas de la cabeza.
6. Escucha música
Si puedes bailar mucho mejor, si no, escucha algo de música que te guste. Puedes ponerte los cascos en la oficina y escuchar música, seguro que te relaja.
7. Juega
El juego es un gran relajante cerebral, si vas a casa y te llevas ese estrés del trabajo, ¿por qué no jugar con tus hijos o con tu pareja a algo divertido?
La risa es un gran compañero, si puedes reirte a carcajadas muchísimo mejor.
Resumen, qué hago para evitar el estrés en el trabajo
Lo primero es que te des cuenta que estás en ese momento de estrés y que tomes cartas en el asunto.
Elije un hábito para salir de ahí e incorpóralo en tu vida.
Por favor, uno solo, tu cerebro no va a permitirte que incorpores todos a la vez. Si así lo sientes, cuando hayas incorporado el primero, puedes ponerte con el segundo, siempre cosas sencillas y constantes, como los copos de nieve.
Puedes elegir uno de estos hábitos:
- Lleva una agenda y prioriza
- Escribe lo que te estresa
- Anota tus éxitos cada día
- Programa y ejecuta descansos conscientes
- Haz deporte o mueve el esqueleto
- Escucha música
- Juega / Ríete a carcajadas
Sea lo que sea, haz algo para salir de ahí. El estrés en el trabajo afecta gravemente a tu salud, aunque no lo notes.
Mi sueño es vivir en un mundo donde todos disfrutemos del trabajo y de la vida, no quiero ver a gente quejarse y sufrir por el trabajo. Por eso escribo este blog y quiero acompañarte en este camino.
¿Me cuentas qué hábito vas a añadir a tu vida hoy?
Me parecen un puñado de consejos excelentes. Algunos ya los conocía, pero siempre está bien hacer un pequeño recordatorio.
Muchas gracias.
Alberto Mrteh (El zoco del escriba)