by Maria Pilar

¡Yo me corto las uñas antes de las reuniones!

agosto 26, 2019 | coaching ejecutivo, Coaching Soria, Crecimiento personal, desarrollo personal, Equipos con corazón, motivacion

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Gestionando reuniones desde el corazón

Durante una época de mi vida, trabajé en un entorno muy estresante, era una fábrica de automoción, fabricábamos directamente para los grandes y algunos de ellos saben cómo exprimir al proveedor. Así es como funciona, tienes que darlo todo para conseguir un proyecto y cuando lo consigues, esto es solo el principio.

El caso es que si sabes gestionarlo puede ser divertido, pero si te dejas arrastrar por la presión, puedes terminar aplastado. Mi método de defensa, en aquel momento no conocía otro, era sacar las uñas y estar dispuesta a atacar en cualquier momento, ¿sabes eso de que la mejor defensa es un buen ataque? Es lo que había aprendido y como allí se gestionaban las cosas ¿Te has sentido así alguna vez?

Yo he visto lanzar puñaladas en todas las direcciones.

Recuerdo la época en la que estaba embarazada, las otras madres decían que sus hijos se movían por la noche, el mío lo hacía durante las reuniones, creo que él tenía su propio combate de boxeo dentro de mi barriga.

La creencia que yo me generé en aquellos años de mi vida fue: las reuniones son un campo de batalla. Y entonces me fue “útil”.

Después de varios años, llegué a otro trabajo mucho más tranquilo, sin esa tensión y sin tantas puñaladas, pero yo venía con mi creencia sobre las reuniones y los campos de batalla y actuaba de ese modo, sin darme cuenta. ¡Yo creía que era flexible y que escuchaba a los demás! (Estaba bastante ciega).

Afortunadamente, en una reunión de objetivos, mi jefa Rocío me lo hizo ver. A pesar del jarro de agua fría de aquel momento, todavía le sigo agradecida. Además, contrató un coach para varias de las personas del equipo directivo. Con él trabajé la empatía, la dulzura (como yo lo llamé) y la comprensión a los demás. Mi relación con el entorno cambió radicalmente, mis resultados mejoraron y lo que es mucho mejor, yo me sentí mejor, sentí que había dado un gran salto en me vida.

Quería contarte esta historia por dos razones:

  1. Revisa qué cosas estás haciendo que quizá no sean tan buenas para ti hoy, solo porque fueron buenas en otro periodo de tu vida. Cuando veas cuales son, decide si quieres seguir haciéndolas.
  2. Revisa qué carga emocional llevas a las reuniones o a tus contactos con otras personas. ¿Llevas la pipa de la paz o el hacha de guerra?.

La mejor manera de solucionar un conflicto es buscar el bien “superior” de ambas partes. O ¿crees que tiene efecto positivo intentar imponer tu criterio por la fuerza? ¿Has intentado “medirlo”?

Haz la prueba, prepara toda la artillería en una reunión, intenta imponer tu criterio sin más y después mide el resultado de las decisiones tomadas. En otro momento haz otra reunión con la idea de buscar una solución que sea beneficiosa para todos y mide después el resultado del mismo modo que lo hiciste con la primera reunión.

¿En qué caso es más efectiva?

Si leíste el artículo que escribí sobre involucrar a tus subordinados, recordarás que ya te dije que solo involucrándoles conseguirás que realmente estén motivados.

Y una cosa son las decisiones de las reuniones y otra muy distinta lo que se lleva a la práctica. ¿Te has encontrado alguna vez a tus compañeros haciendo algo diferente a lo que se había acordado? ¡Quizá es que no había tal acuerdo!.

Por último, quiero ponerte otro reto, ¿qué te parece si gravas en tu móvil la próxima reunión? Es solo para que te escuches y sientas lo que los demás sienten cuando hablas.

¿Lo has hecho? ¿Cómo te has sentido?

Me encantaría que me dijeses si has hecho los retos y como te has sentido al hacerlos.

Si te ha gustado esta entrada, por favor, compártela, dale a me gusta y sobre todo, sobre todo, dime qué es lo que te ha gustado en los comentarios.

Un abrazo y que tengas una maravillosa semana.

Sobre la autora, Maria Pilar

Coach Coactivo e Ingeniera Industrial

Me dedico a inspirar a ejecutivos estresados, ansiosos, a los que les cuesta desconectar del trabajo, que quieren disfrutar de la vida. Para que prioricen lo importante, se sientan responsables de lo que pasa en sus vidas y agradezcan todo lo que les sucede, conectando así con la alegría de vivir y logrando disfrutar de lo que saben hacer.

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  1. Este artículo me ha recordado ciertas reuniones del pasado…
    Lo del hacha de guerra o la pipa de la paz se puede extrapolar a las relaciones personales.
    Es un placer leerte.
    Alberto Mrteh (El zoco del escriba)

  2. hola Albeto, claro, en realidad todo son relaciones personales, dentro o fuera del trabajo. Y también fuera, a veces, te encuentras con hachas de guerra, yo hace tiempo que enterré las mías. En esos casos, a no ser que sea imprescindible, yo prefiero apartarme de la situación, que en general va a bajar mi nivel de energía. Si es imprescindible pruebo con la pipa de la paz, a ver si consigo persuadir a la otra persona.
    Mil gracias por tu lectura y tus comentarios. Un abrazo

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