¿Eres una de esas personas que cada día se quejan por lo aceleradas que van? ¿Quieres cambiarlo? sigue leyendo y te diré cómo acabo de hacerlo.
Cada día en el trabajo oigo a las personas quejarse de todas las cosas que tienen que hacer, de que no llegan a esto o a lo otro; por las tardes, en las extraescolares de mi hijo, veo a las madres aceleradas y las oigo quejarse de tener que ir de un lado para otro sin parar. Si escuchásemos a los niños, probablemente, también ellos se quejarían. En el supermercado, todos queremos que nos atiendan los primeros, pues tenemos miles de cosas más que hacer. Sólo nos falta poner la guinda al pastel, contando a nuestra familia, por la noche, el día tan duro que hemos llevado.
Y yo digo, ¿quién ha elegido esta vida? ¿hemos sido nosotros? a veces parece que alguien nos hubiese impuesto hacer miles de cosas cada día, para ir corriendo a todas partes. O ¿hemos sido nosotros mismo los que hemos elegido todas estas actividades para evitar pensar?
Si hemos sido nosotros, ¿por qué decimos tengo que hacer esto y tengo que hacer lo otro, en lugar de quiero hacer eso o quiero hacer lo otro? Y si no hemos sido nosotros ¿a quién damos tanto poder?
En este mundo en el que nos dan casi todo pensado, en que la televisión decide por nosotros lo que es verdadero o falso, lo que es importante o no, lo que es bueno a malo para la salud, ¿damos tregua a nuestro corazón en algún momento para que hable? ¿nos tomamos unos momentos de PAZ para nosotros?
A veces, en medio de una conversación con mi hijo, me sorprendo cuando él me dice, «mamá, ¡es cierto!, ¡lo han dicho en la tele!» ¡Guauuu!, ¿cuándo hemos dado a la televisión el poder de la verdad?.
Pues bien, en medio de este mundo en que todo pasa tan deprisa, yo te sugiero que pares, para un poco cada día, unos minutos para ti en silencio. Simplemente siente tu cuerpo, tu respiración, revisa tus emociones, ¡RESPIRA!.
Yo he comprobado en mi misma el poder de parar, este fin de semana he hecho un retiro de 48 horas, en Quintanas de Gormaz, un pueblecito tranquilo de la provincia de Soria. Deconexión total, sin móvil, ni televisión, ni ritmos acelerados, sólo yo, el campo, el río Duero y la casa rural, un sitio realmente espectacular que os recomiendo.
Hoy vuelvo relajada, conociéndome un poco más, con la mente más clara, con la convicción de que lo que hago cada día es porque quiero y quiero seguir haciéndolo, me encanta, pero también quiero parar y escuchar a mi corazón
y a mi cuerpo.
Si te ha gustado mi pequeña historia ¡compártela!. Y si te gustaría saber más sobre como parar un poco o crees que a alguien de tu entorno le vendría bien; ponte en contacto conmigo (pilarsanzmartinez@yahoo.es), ¡te regalo una sesión de coaching!.
Un abrazo y feliz semana.
Enhorabuena Pilar